16 - EL DIA EN QUE COMENZÓ LA INTEGRACIÓN POLÍTICA DEL PUEBLO - Por: Héctor Gonzalo Córdoba Espitia

20.03.2014 22:54
El 19 de marzo de 2014 quedó consumado el acto final de rechazo a la democracia y de negación de toda posibilidad del gobierno del pueblo en Colombia. Ese acto fue la declaración del presidente de la República que calificó como inaplicables, en el caso del Alcalde de Bogotá, las medidas cautelares decretadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Indudablemente, ese acto fue un “error jurídico”, tal como lo denomina el Director de Human Rights Watch, señor José Miguel Vivanco.

Con ese descomunal absurdo jurídico se concluye la destrucción del Estado Social de Derecho, después de que la teatral presentación recorrió varios escenarios institucionales, en los que anduvo acompañada de la artificial creación y multiplicación de fans, como es costumbre hacerlo con los espectáculos en el negocio de la publicidad a través de los medios masivos.

El último de los actores, al que correspondió la salida triunfal, trató de encajar los regocijos del éxito en los cálculos electorales. Dentro de los cálculos electorales del presidente de la República apareció como necesario conseguir las adhesiones de algunos jerarcas del partido conservador y de la extrema derecha, a quienes les resultaba intolerable la permanencia de Gustavo Petro en la Alcaldía de Bogotá, no obstante que este joven político de izquierda se ha distinguido por su vehemente oposición a las prácticas de corrupción política y administrativa y a la alianza de políticos con narcotraficantes y paramilitares, como quedó demostrado con los debates y las denuncias que realizó en muchas sesiones del Senado de la República.

Pero los cálculos fallaron por haberlos hecho solamente dentro del campo, o del universo, de los votos amarrados de las maquinarias electorales de los partidos políticos; donde no puede haber espacio para los votos de opinión, que están en otro universo muy diferente, el universo de la abstención electoral y del voto en blanco.

Los calculistas no entendieron que la reelección del presidente va hacia el fracaso por la pérdida de votos de quienes tienen sentimientos de indignación originados en el rechazo a la persecución y a los ataques desatados contra los demócratas y contra la democracia, así como esos sentimientos de indignación, originados en la proliferación de la corrupción política y administrativa y en los engaños y las mentiras que acostumbran los electoreros para captar votos, se manifestaron en la pasada elección de congresistas, por medio de la abstención y del voto en blanco.

En tal suerte, el presidente al incurrir en el error jurídico dejó ver claramente la oculta posición ideológica que lo mueve políticamente, que no es la de la democracia y la de los derechos humanos, sino la de la oligarquía a la que pertenece y la de la ley del más fuerte. El error jurídico lo ejecutó en la creencia de realizar un acierto político, con tan mala suerte que incurrió también en un error político.

¿Cómo pudo estar tan convencido de que los dueños de los votos amarrados de la clientela política podían conquistar los votos de opinión, motivando a los indignados del voto en blanco y de la abstención electoral? Indudablemente porque todavía cree en los milagros que puede realizar la propaganda intensa de los medios masivos de publicidad.

Pero la información de los ciudadanos ha cambiado en estos tiempos, ya no existe una sola opinión política impuesta por los dogmas creados por los dirigentes; hay modos más libres de formar muchas opiniones. El mismo día en que se da el golpe contra la democracia y se destituye al Alcalde Petro, inhabilitándolo para el ejercicio de cargos públicos durante quince años, sale el pueblo a la Plaza de Bolívar de Bogotá y se reúne multitudinariamente a expresar sus sentimientos de indignación y a unir sus mentes y sus voluntades en un solo propósito, que a partir de ese momento comenzará a recorrer todas las plazas de las ciudades y todos los lugares de los campos de Colombia, con el fin de cambiar definitivamente la política, para instaurar la democracia.

Desde ese día el pueblo no votará para elegir a ningún político en los puestos del Estado; solamente promoverá la integración de la Asamblea Constituyente para crear la nueva Constitución Política que sea verdaderamente democrática, y se organizará en asambleas de barrio, de vereda, de comunas, de corregimientos, de localidades, de municipios, de distritos, de departamentos y en asamblea nacional, para debatir y aprobar el proyecto de nueva Constitución que presentará ante la Asamblea Constituyente, por medio de los representantes que elija.    

 

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