NECESIDAD DE LA CULTURA POLÍTICA

16.01.2019 18:55

                Es muy grande la ignorancia de la mayoría de los colombianos respecto a lo que es el gobierno democrático y respecto a quién debe gobernar en ese modo de gobierno. En lugar de ese conocimiento predomina una idea equivocada de la democracia y de lo que pueden hacer los gobernantes.

                Así pues, la falta de cultura política nos condena a padecer las desastrosas consecuencias económicas y sociales de la inequitativa, desigual y pésima organización social desarrollada por las deficientes instituciones políticas y administrativas que nos rigen.

                Corrientemente se dice que en este país existe la democracia porque los ciudadanos eligen libremente al Presidente de la República, a los miembros del Congreso de la República y a los funcionarios administrativos, que son los gobernadores de los departamentos, los alcaldes municipales, los diputados de las asambleas departamentales, los concejales de los municipios y de los distritos, así como los ediles. Esa es la verdad aparente que se pregona en los medios masivos de comunicación y está al alcance de la gran mayoría de los ciudadanos que creen en ella; pero la verdad oculta es otra: en la realidad fáctica, salvo un ínfimo número de excepciones, no hay libre elección sino compra de los votos necesarios para ser elegido en la función política o administrativa. Por tanto, la gran mayoría de los ciudadanos no elige libremente, apenas vende su voto por unos pocos pesos, o lo cambia por algunas bebidas, comidas u objetos de uso doméstico o por la obtención de irrisorios subsidios.

                La inexistencia de la democracia ha llevado a esta nación a las profundidades del abismo de corrupción política y administrativa, de delincuencia, de violencia, de injusticia, de inequidad, de negación de los derechos humanos, de mentira y de hipocresía; donde ha sido precipitada por el pernicioso egoísmo de los ambiciosos de poder y de riqueza.

                El modo indispensable de sacar a esta nación de esas profundidades será el de crear y poner en funcionamiento una nueva Constitución Política verdaderamente democrática; pero la falta de cultura política de la gran mayoría de los colombianos es causa de la enorme incapacidad para crear ese tipo de Constitución, el cual solamente podrá alcanzarse cuando casi todos los ciudadanos sean poseedores de esa cultura y, por esa circunstancia, sean conscientes de la necesidad de crearla y tener voluntad para hacerlo, sin que la coincidencia en esa voluntad implique la unanimidad impuesta por una única opinión de gobierno.

                La cultura política dará autonomía a cada ciudadano para concebir y entender qué es lo mejor y lo que más conviene a todos los habitantes de la nación en la conquista del bienestar individual y del progreso colectivo; de este modo le capacitará para participar libre y conscientemente en el proceso de construcción de esa ley suprema y para definir cuáles serán las reglas de convivencia y de organización social que deben establecerse.

                De manera contraria, la incapacidad originada en la falta de cultura política de la gran mayoría de los ciudadanos sostiene permanentemente el peligro de que los gobernantes y dirigentes la aprovechen para simular modificaciones a la Constitución con las que puedan distraer la atención y apaciguar el extremado descontento e inconformidad del pueblo.

                En esas circunstancias, nada les impide que promuevan la conformación de una asamblea constituyente de bolsillo que quede sometida a sus conveniencias y a su necesidad de sostenerse en el poder político y económico; para el efecto, fácilmente pueden mantener la apariencia de la democracia mediante engañosa publicidad que ponga a votar a la clientela política por candidatos escogidos por los mismos dirigentes, con el fin de que estos redacten y aprueben cualquier remedo de nueva Constitución Política en el que se simulen los cambios sin que nada cambie, de manera que pueda continuar el mismo régimen oligárquico y plutocrático que tradicionalmente nos rige desde la fundación de la República.      

                Los lectores que coincidan con estos conceptos encontrarán en estas páginas los comentarios dirigidos a facilitar la participación en la creación de la cultura política de la democracia; de esta manera podrán impulsar la difusión de esta importantísima y necesaria tarea cultural. 

—————

Volver