La única manera de realizar la integración del Pueblo como entidad política estable y perdurable es mediante la formación de los ciudadanos para el ejercicio del poder político que la Constitución Política les reconocerá por igual a cada uno. Esa capacitación establecerá la cultura política como parte esencial del modo de vivir de los habitantes y simultáneamente construirá la autonomía que el Pueblo necesita para tomar las decisiones de gobierno de la nación.
Así, la voluntad política de la mayoría de los ciudadanos puesta de manifiesto en los procesos electorales tendrá el carácter de mandato obligatorio para la expedición de las leyes. De este modo se instaurará el sistema de Democracia directa que haga posible solucionar los graves problemas de Colombia, según las determinaciones de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y se suprimirá el simulacro de Democracia existente en la actualidad con el nombre de “Democracia representativa”, en el cual los ciudadanos se sienten incapaces e impotentes para fijar las reglas de gobierno y los que no venden el voto o no lo utilizan para ganar los ofrecimientos de quienes pretenden persuadirlos, no tienen más opción que elegir a los políticos de profesión más aprestigiados por la propaganda para que gobiernen como mejor les parezca.
La actividad capacitadora del Pueblo para el ejercicio del poder político tendrá que comenzar a realizarse mediante la participación de los ciudadanos que se sientan motivados por la comprensión de la gran utilidad social de esta labor cívica y que quieran asumir el liderazgo como guías del Pueblo.
A su vez, los guías del Pueblo también deberán ser formados mediante capacitación. Esta será la finalidad en la que se ocupen estas páginas. Por tanto, la definición del gran propósito que aquí nos congrega es la de participar en la integración del Pueblo para conseguir la aprobación de una nueva Constitución Política en la que se establezca la Democracia directa.
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